Viaje a MARRUECOS : TANGER, ARCILA, CHEFCHAUEN, Y TETUAN

20 Enero , sábado

Esta tercera semana de enero de 2024 David  propone  volver a Marruecos.  En esta ocasión, visitamos la parte norte, pues no hace ni 2 meses estuvimos  visitando las ciudades de  Marrakech, Essaouira y Agadir.

Salimos a las 7h.30´ en Bus al aeropuerto para volar a  Tánger.  El vuelo dura poco más de una hora y llegamos a las 14 h. Según todas las guías, no hay bus que vaya desde el aeropuerto al centro, pero antes de venir, nos informamos que a unos 10 minutos andando del aeropuerto hay un bus (9I) que nos acerca a la ciudad.  El buen tiempo y el sol invitan a caminar hasta dicha parada . Finalmente  la encontramos preguntando y   también por intuición, ya que no vemos señalización, pero sí a gente esperando. Nos instalamos en un hotel que se ubica cerca del puerto. Bajamos hasta él y caminamos por su soleado paseo pero enseguida nos desviamos hasta la bulliciosa medina llena de puestos y estrechos callejones. Al lado de ésta y en la parte alta está la Kasbah fortificada. Ésta me resulta uno de los lugares más destacados de Tánger. Fue levantada en el s. XVII en la época de Mulay Ismail para establecer en ella al gobernador con la guarnición.  Está rodeada por una muralla.

 

Tánger era conocida ya por los fenicios 1000 años A. C , bajo el imperio romano era  capital de la Mauritania tingitana. Fue una de las primeras ciudades en adoptar el islam en el s VIII. Fue ocupada por los portugueses en el s. XV, más tarde regalada a la corona inglesa y liberada por Mulay Ismael en el s. XVII. Y en la época colonial obtuvo el estatuto de internacionalidad aplicado  en 1925. Cuando Marruecos obtuvo su independencia en 1956, perdió su estatus internacional. Hoy en día su gran puerto la hace una de las ciudades más grandes y modernas de Marruecos

Después de pasear nos sentamos en una terraza para tomarnos una típica sopa marroquí , la harira. Cenamos alguna cosa más por la medina y nos vamos al hotel a descansar.

 

21 enero Tánger- Arcila- Tánger

Nos levantamos y después de desayunar en el hotel decidimos andar hasta la moderna estación de tren de Tánger. El viaje es cómodo y en poco más de media hora hemos llegado . La mañana había salido un poco lluviosa sin embargo en la pequeña localidad costera de Arcila brilla el sol. La estación de tren se encuentra un poco alejada del centro, pero decidimos salir caminando y disfrutar del buen clima. .

 

 

La pequeña localidad amurallada de Arcila ofrece un atractiva vista. En realidad la primitiva ciudad púnica , mauritana y romana se encontraba 15 km  hacia  el interior. El nombre actual data del 712, cuando fue ocupada por los árabes. Al igual que Tánger, los portugueses la fortificaron  como base para su penetración en el interior. En una de estas expediciones desapareció el rey Sebastián de Portugal, lo que acabaría provocando la unión de las coronas de España y Portugal en la figura de Felipe II. En el siglo XVII se apoderó de ella Mulai Ismail, reconstruyéndola  totalmente.

 

Recorremos las callejuelas de su medina hasta llegar a un mirador desde donde podemos contemplar unas bonitas vistas de la costa. Se nos acerca una artista local que nos enseña sus trabajos. Habla bastante bien español y la verdad es que me gusta lo que hace así que decidimos comprarle 2 de sus dibujos. Después de caminar por sus  tranquilas calles y buscamos un sitio para comer. Acabamos  en la soleada terraza de un restaurante llamado Sevilla 

Paseamos luego por la cercana, aunque no muy larga, playa de Arcila, y de allí nos encaminamos hacia el espigón.  Nos dirigimos luego a una soleada terraza a tomar unos tés a la menta. Parece que hay fútbol y muchos hombres se agolpan en el bar para seguirlo desde su gran pantalla. Tras un rato de descanso al sol decidimos dar la última vuelta por las tranquilas calles de la medina antes de regresar a la estación. Llegamos con tiempo, pero el tren viene con algo de retraso. El regreso en tren se pasa sin enterarnos. De vuelta en Tánger nos quedamos en un gran centro comercial ubicado frente a la moderna estación en los bajos del hotel Hilton. Nos sorprenden los elevadísimos precios de las tiendas. Aprovechamos paraa cenar pizza en uno de los numerosos fast food que hay en el centro comercial ( muy mala por cierto). Regresamos al hotel caminando por la populosa avenida cerca del mar.

 

22 de enero lunes. Tánger-Chefchaouen

Vamos a pasar un par de días a Chefchaouen.  Desayunamos en el patio del hotel y  caminamos, mochila a la espalda, hasta la estación CMT que se encuentra algo alejada del centro. Esta compañía de bus está más enfocada a visitantes y los autobuses apenas realizan paradas a lo largo del recorrido. Nuestro camino a Chefchauen llevará algo más de 2h 30´, parando unos minutos en Tetuán. El viaje transcurre sin incidentes. El paisaje del norte de Marruecos y especialmente el tramo Tetuán -   Chefchaouen es espectacular. Esta zona montañosa forma parte de la cordillera del Rift. Sus montañas y laderas verdes me  recuerdan por momentos a los paisajes asturianos. Llegamos a nuestro destino poco antes de las 15 h. El centro de Chefchaouen se ubica en una ladera, y nuestro alojamiento se encuentra en todo  lo alto. En seguida llegamos a la medina, con sus  laberínticas y estrechas calles.  Una característica de esta localidad  es el color azul de casas y paredes. Es un espectáculo para los sentidos. Bazares, colores, laberintos… y por fin llegamos a una gran  plaza ( Uta el Hamman) donde en seguida  nos “asalta” uno de los hosteleros de los restaurantes allí ubicados. Nos dejamos seducir por el primer  menú que nos ofrecen estos ávidos  vendedores; para qué engañarnos, es la hora de comer. La plaza está animada y mientras comemos no dejamos de observar a estos jóvenes persuasivos que se abalanzan sobre todos aquellos que atraviesan la plaza. Asombrosa, por  cierto, su capacidad de hablar cualquier idioma e incluso de imitar los acentos andaluces. Lo mismo saben hasta polaco…¡vete tú a saber!

Antes de irnos charlamos con algunos clientes que nos preguntan de qué parte de España venimos…

Continuamos por las sinuosas calles y ¡ por fin llegamos a nuestro alojamiento!. Se llama Dar Rass el Maa ¡¡Que maravilla!! Es un casa orientada a la montaña y a una cascada con unas vistas espectaculares.  Descansamos un poco  y nos vamos de nuevo a recorrer la medina. Hacemos algunas fotos y con mucha sorpresa nos encontramos  en un bazar los mismos dibujos que le compramos al "supuesto" artista de ayer en Arcila.😲 Nos echamos unas risas pues nos creímos, ¡como no!, todas y cada una de sus palabras sobre cómo hacía los dibujos y su simbología. ¡Qué pajarraco! La verdad es que sólo por toda la historia que nos contó ya se lo merece, jaja.

 Regresamos a la plaza de nuevo. Con unas pastas nos sentamos a escuchar a unos talentosos músicos que amenizan el ambiente con una aparente música tradicional. 

Poco a poco nos ponemos en camino hacia el alojamiento, pero esta vez, siguiendo otra ruta que resulta ser mucho más sencilla que por las sinuosas calles de la medina.

Descansamos otro rato pero convenzo a David para salir a cenar a unos puestos cercanos. Están apunto de cerrar y lo único que nos da tiempo es a encargar una sopa harira, aunque lamento que no me sepa tan rica como las anteriores. De allí, pitando al estupendo alojamiento a descansar.

 

23 de enero martes. Chefchaouen

Nos levantamos y nos deleitamos con el estupendo desayuno que nos preparan.  Luego  subimos a la terraza de arriba a disfrutar del sol y las vistas. Hoy tenemos el día entero para disfrutar en Chefchaouen. En vez de bajar a la medina nos dirigimos hacia lo alto de la montaña. Hay unas escaleras que pasan cerca de la parte mas elevada de la fortaleza. El camino que tomamos, que se adentra hacia el desfiladero, no es bueno ni está preparado, así que yo no continúo. David asciende algo más y yo lo espero al sol. Regresa y seguimos nuestro periplo por los exteriores de la fortaleza hasta que descendemos de nuevo a la medina. Hacemos unas fotos por sus intensas calles de color azulado y llegamos de nuevo a la plaza. Charlamos con los camareros que nos sirvieron ayer y les prometemos que hoy comeremos también en su restaurante.  Descansamos en una terraza con 2 tés a la menta.  A eso de las 3 nos vamos a comer. El  camarero se llama Suleyman y es un fenómeno,  para a todos los turistas que osan atravesar la plaza  y siempre, les chapurrea algo en sus idiomas  con una sonrisa. Charlamos un rato con los que se sientan en la mesa vecina. Son 2 paquistaníes y un marroquí. Todos hablan español pues viven en Barakaldo desde hace muchos años. Son muy agradables y nos cuentan que regentan un kebab llamado Ismail. Nos despedimos de ellos e intentamos visitar la alcazaba, pero finalmente no llegamos a entrar. Es del s. XV levantado para centralizar la guerra santa contra los portugueses.

Decidimos ahora subir a lo alto de una mezquita cuyo acceso se encuentra cerca de nuestro alojamiento.  En este caso el camino está muy bien cuidado y al llegar nos  encontramos con muchas personas, y a varios niños vendiendo dulces, con el fin de disfrutar de unas bonitas vistas del atardecer. A David se le estropea aquí el móvil, así que seguiremos el resto del viaje solo con el mío. Al ponerse el sol y empezar a refrescar descendemos de nuevo por el sendero. Damos otro paseo por la medina y sus alrededores y al llegar a los locales cerca del hotel para cenar algo, nos damos cuenta que están a punto de cerrar. Compramos algo para cenar el el hotel y a descansar.

Voy a aprovechar antes de terminar a incluir algo sobre parte de la historia reciente de esta zona montañosa del norte de Africa que es el Rif y que he leído aquí ( eltopo.org)

El Rif es una región montañosa que abarca una especie de media luna en el norte mediterráneo de Marruecos. De oeste a este, Chauen, Alhucemas o Nador son algunas de las actuales ciudades más importantes de la región. La población mayoritaria es de origen bereber y su idioma, el tamazight, tiene tan poco en común con el árabe como el euskera lo tiene con el español.

A finales del siglo XIX concluye la colonización europea de África, con la excepción de Marruecos, que estaba al caer. España queda fuera del reparto (Ceuta y Melilla son españolas desde el s. XVI). Tras la Conferencia de Algeciras de 1906, las potencias europeas acuerdan que Francia se quede con la mayor parte de Marruecos. A España, por proximidad geográfica, le dejan las migajas, el Rif, un territorio inhóspito, montañoso y rebelde, con una cultura propia muy diferente a la del resto de Marruecos. Será la base territorial del Protectorado Español en Marruecos.

Durante la ocupación española los rifeños se sublevan  contra las autoridades coloniales de  España y Francia ( guerra 1911- 1927). En 1921 ocurre el desastre de Annual donde murieron 13.000 españoles. Tras la derrota de los españoles los rifeños  proclamaron la República del Rif en 1923.

Francia interviene y derrota de los rifeños en 1927. El protectorado español se prolonga hasta la independencia de Marruecos en 1958.

 

24 de enero, miércoles. Chefchaouen- Tetuán

Nos despedimos de la bonita Chefchaouen y nos dirigimos a Tetuán, antigua capital del protectorado español en Marruecos. Desayunamos tranquilamente e incluso nos solazamos un rato en la terraza al sol antes de ir a tomar el bus.

El viaje a Tetuán se pasa rápido, pues en poco más de 1h. hemos llegado a la estación de la CTM. Lo primero que hacemos es ascender hacia la medina, que se encuentra encaramada, como ocurría en Chefchaouen, en la la ladera de una colina. Allí, en el corazón de  ésta, encontramos con alguna dificultad nuestro alojamiento. Nos sorprende nuestra enorme habitación, no sólo por tamaño sino también por lo alto de sus techos. Descansamos un rato en su terraza pero nos vamos enseguida a pasear y a buscar un sitio para comer. Paseamos  por la “nada turística” medina de Tetuán y salimos por la zona nueva, donde damos con un restaurante para deleitarnos con sus especialidades de pescado. Después de comer seguimos nuestro recorrido por la ciudad. Vamos  encontrando las reminiscencias de su pasado español a través de muchos de sus edificios. Esta parte de Tetuán  se remonta a la época del protectorado español.  Al pasear nos encontramos con el alojamiento donde durmió David, cuando estuvo aquí hace 10 años recorriendo en bici esta zona de Marruecos. Nos tomamos un café y unos ricos pasteles en una estupenda pastelería que él ya tuvo la ocasión de conocer. Las chicas que atienden son encantadoras y nos llevamos una caja de pastas típicas. De allí ascendemos hasta lo alto de la parte antigua desde donde se divisa la Kasbah. Ascendiendo a través de la Medina llegamos a su fortaleza. Hay unas vistas espectaculares de la ciudad. La Kasbah se encuentra en plena restauración y no podemos acceder a ella, pero desde fuera observamos la buena marcha de las obras. Ésta fue utilizada como cuartel por las tropas españolas durante el Protectorado. Allí, por un cartel, nos enteramos también que la medina de Tetuán es Patrimonio de la Humanidad desde 1997. 

Aunque Tetuán data del s. XIV pronto los piratas encontraron aquí un buen refugio. El rey castellano Enrique III deportó a sus habitantes pero desde 1492 y hasta finales del s. XVII vivió un renacimiento.  Su medina fue reconstruida por musulmanes andaluces expulsados por los españoles. De ahí que sus obras arquitectónicas y artísticas dejen traslucir una honda influencia andaluza. Pese a ser una de las más pequeñas de Marruecos, su medina es indudablemente la más completa y la que ha quedado más a salvo de influencias externas.

Descendemos de la Kasbah de nuevo y nos adentramos de nuevo en plena medina, donde no es raro que te saluden y hablen en español.

 

25 de enero jueves. Tetuán- Tanger

Hoy regresamos en bus a Tánger y pasamos la última noche de nuevo aquí. Llegamos a buena hora a la estación de la CTM,que se encuentra alejada de la medina. Esta vez elegimos un hotel diferente, no tan cerca de la medina, pero sí al lado de la parada de bus que nos llevará al aeropuerto. Dejamos las mochilas y nos vamos paseando a la medina. Antes hacemos una parada para comer algo rápido y continuamos al centro. Esta vez nos centramos en la Kasbah de Tánger, apenas recorrida el primer día. Salimos hacia el paseo extramuros y aprovechamos  para descansar y darnos un baño de sol en uno  de sus bancos. Nos vamos a otra populosa y soleada  plaza y allí nos sentamos a tomar algo con un trozo de delicioso pastel. Esta vez pido un zumo de naranja pero  al probarlo tiene un fuerte sabor a jengibre. Afortunadamente el dueño de local me lo acaba cambiando. En nuestro regreso al hotel nos llevamos la sorpresa de encontrarnos con calles atestadas de negocios y mercadillos de frutas y verduras que resultan un deleite para la vista.

Llegamos al hotel pero antes de subir a descansar  resolvemos el tema de las tarjetas de embarque, puesto que en Marruecos hay que llevarlas en papel impreso. Nos vamos a buscar un sitio para cenar y regresamos a descansar.

 

26 de enero.  Viernes. Tánger- Madrid

Desayunamos un extraordinario desayuno tipo buffet en el hotel y nos vamos a  la parada de bus que nos deja cerca del aeropuerto (linea 9I). El bus te deja a menos de 1 km del aeropuerto. El paseo andando resulta agradable y tranquilo. Parece que no hay acera para caminar, pero en cuanto te acercas te das cuenta de que sí. Como llegamos con bastante antelación nos tumbamos en los jardines del aeropuerto al sol. Es una gozada poder esperar allí tumbados. algo más de una hora antes del embarque realizamos el check-in. Es importante tener en cuenta que en los aeropuertos de Marruecos, aunque no factures la maleta, tienes que ir al mostrador de la compañía aérea para que te entreguen la tarjeta de embarque sellada y luego poder pasar el control de seguridad.

De nuevo tengo que reconocer a David,  ya que fue su idea, que la opción de visitar Marruecos en esta época del año es un gran acierto. Marruecos es un país seguro, con un clima extraordinario en invierno, de precios más que asequibles y entre sus gentes no es raro encontrarse a personas amables, desinteresadas, generosas y acogedoras.